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En este espacio podrás encontrar información, y resolver dudas sobre la diabetes mellitus.

martes, 25 de septiembre de 2012

Cómo sobrellevar y comprender su reducción de peso corporal


Cómo sobrellevar y comprender su reducción de peso corporal

Marta Ivonne Torres R.
Mahatma Gandhi comentó una vez que "ni Dios podía hablarle a un hombre hambriento, si no era en términos de pan". Con ésto quería explicitar que la motivación del hambre precede a todas las otras.

Si este impulso es tan fuerte, ¿cómo se logra regular la comida para mantener el peso relativamente estable a lo largo de la vida?

Hay muchos mecanismos biológicos y psicológicos que regulan la ingestión de alimentos: el hipotálamo (en el cerebro), un complejo mecanismo localizado en el hígado y vía digestiva y otros órganos del cuerpo.
Estos sistemas con detectores especiales responden a diferentes concentraciones de nutrientes en la sangre, ya sean lípidos, proteínas, glucosa y sales; la presencia o no de agua, y los factores genéticos y ambientales asociados al metabolismo basal (cantidad de requerimientos en estado de reposo), combinados con la sensibilidad de nuestro paladar.

Nuestros sentidos también participan activamente en el proceso de la ingesta. "Soma (cuerpo) y Psique (mente) se sientan a la mesa a la hora de comer".

El proceso de aprendizaje en la alimentación se inicia a temprana edad, en la niñez, y la glotonería puede ser un hábito adquirido, donde la comida es sobrevalorada por la familia, o se relaciona con cierto ambiente de protección o con una forma de gratificación por parte de los adultos. Otras personas comen para compensar el aburrimiento o para sobreponerse a las tensiones diarias. Este proceso de aprendizaje, como tantos otros, consiste en pequeños trozos de comportamientos que (combinándolos en forma de cadenas a través del tiempo) se convierten en habituales e inconscientes.

La voracidad o compulsión en el comer, forma parte de mecanismos cerebrales de una creciente complejidad, la que estaría también relacionada con la ansiedad y con consecuencias de obesidad.

Un buen nivel cerebral de satisfacción es alcanzado cuando se come para calmar el hambre, para proporcionar deleite a los sentidos y para lograr el sentido estético que tengamos de nuestro cuerpo.

Otro mecanismo determinante del peso está dado por el efecto psicológico de los factores estresantes y una carencia de los filtros adecuados, los que pueden inducir a comer excesivamente, ya sea por miedo, rabia o ansiedad.

Importante es, aunque no resulta fácil, lograr entrenarse conscientemente en la clarificación de este impulso, ya que corresponde a veces a otras necesidades, incluso las afectivas.

Producido el cuadro de obesidad, cuyo concepto simple es un exceso de tejido adiposo corporal, ésta se va a asociar inevitablemente a otras enfermedades crónicas de alto riesgo y de mortalidad frecuente. Hay que recordar que la obesidad está asociada a la mayor parte de las personas diabéticas diagnosticadas (según numerosos estudios, el 80% de estos pacientes son obesos).

Significa entonces que, frente al sobrepeso y obesidad, las personas deben asumir con iniciativa su propio cuidado y control para preservar la salud, invirtiendo en el mejor bien que se posee: "uno mismo", como una forma de obtener un buen estado de salud, capacidad funcional hasta una edad avanzada y una mejor calidad de vida.

Cómo hacerlo eficazmente:
  • Con motivación y valoración de sí mismo. Obtener información y educación respecto de la reducción de peso, una disposición y constancia para lograr un cambio paulatino de hábitos y conductas.
  • Tener una dieta equilibrada, variada y personalizada basada en los requerimientos (según edad, sexo, peso e índice de masa corporal).
  • Medicamentos y su dosificación exacta prescritos por el médico.
  • Ejercicio físico programado de inicio progresivo de una hora, tres veces por semana (previa autorización del médico) de acuerdo con las condiciones del paciente.
Se ha probado el efecto beneficioso del ejercicio físico en la reducción del peso corporal, asociado a una ingestión hipocalórica. Por otra parte, la actividad física programada contribuye a revertir los riesgos de enfermedad cardiovascular y, en el obeso, la aparición de hipertensión arterial y consecuencias médicas de sus dislipidemias.

Además, el ejercicio mejora gradualmente la tolerancia a la glucosa con lo cual previene el desarrollo y aparición inesperada de la Diabetes Mellitus tipo 2, al producir mayor utilización de la glucosa a nivel muscular y mayor sensibilidad a la insulina endógena. Igualmente, mejora la autoestima y la valoración personal del paciente.
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"Queremos modificar conductas, no instruir"
Dra. Helia Morales
Es la nueva educación que se entrega a pacientes con diabetes. Lo involucra a él, a su familia, a su entorno. Hasta ahora educar se reducía a un acto didáctico, donde el experto instruye al paciente sobre lo que debe y no debe hacer, con escasa participación de éste.
Esta definición de educación, explica la doctora Helia Morales, médico cirujano de la Universidad Católica, médico internista Universidad de Chile, magíster en nutrición y profesora auxiliar de Medicina de la Universidad de Los Andes, es obsoleta porque le determinan al paciente lo que debe y no debe hacer, generando un escaso compromiso de éste y, por lo mismo, logros mínimos en el combate con la dolencia.
Conforme explica la experta, la educación debe ser colaborativa, esperándose un rol activo por parte del paciente, en una formación donde se integra él, su grupo familiar y su entorno.

En países con los mayores logros en este sentido, la educación actual es normada, con base a un programa escrito y a una planificación donde se evalúan periódicamente las metas y resultados obtenidos, contrastándolos con los desafíos iniciales propuestos por cada persona para ese programa educativo.

La Asociación Diabética Americana (ADA), junto a la Asociación de Educación de Diabéticos Americana y el Colegio de Nutricionistas de Estados Unidos, sacaron una serie de normas de cómo educar. Entre ellas, se determinó que la educación no puede ser improvisada, sino planificada y, de esa manera, junto a una buena planificación, podría impartirse en todos los ambientes relacionados con un paciente: hospitales, consultas, hogares, centros comunitarios, lugares de trabajo, instituciones religiosas, centros de hobbies, es decir, cada rincón donde se mueve una persona con diabetes. Conforme las normas establecidas por los Estados Unidos, todos estos lugares son aptos para impartir educación. Así, puntualiza la experta, junto a la relación cara-cara médico y paciente, la educación, debe ser interactiva, debiendo desplazarse a todos esos lugares, accediendo a través de ellos al paciente. Hoy, agrega, es imprescindible tomar en cuenta las necesidades individuales del paciente, sus intereses y, según eso, más las normas establecidas, se determina un programa personalizado.

A pesar de poder impartirse en forma tan abierta, las normas son de gran claridad y muy fáciles de realizar, de manera de poder sumarlas a las diferencias individuales de cada persona y generar un programa personalizado, a todas luces, más posible de realizar por la persona.

Esto requiere, naturalmente, de organizaciones y personas a cargo, certificadas en estar capacitadas para llevar a cabo el sistema educativo que se propone.
Además, debe ser impartida y controlada por un equipo multiprofesional, donde participen médicos, nutricionistas, psicólogos, entre otras especialidades.

En países con mayores recursos, se utiliza mucho la telemedicina, especialmente útil para la práctica de estos programas a distancia, llegando a zonas rurales distantes, donde no existen facilidades para acceder a los centros de atención. Allí se les instala computadores y se les enseña a utilizarlos, y en forma remota, el paciente puede acceder a cualquier especialista que conforma el equipo médico, y consultar por su duda.
Estudio Pionero
En Chile aún son los pacientes los que se acercan a los centros. No obstante, se han empezado a hacer esfuerzos en el sentido contrario, con notables resultados. Entre el año 2000 y 2003 la doctora Morales estuvo a cargo de un estudio pionero en el área de la educación a pacientes con diabetes, el que se realizó tomando como base el entorno del paciente. Este involucró a 52 personas con diabetes tipo 2, donde la mitad fue visitada en sus hogares y la otra no. Con el grupo de pacientes visitados se realizó un programa, utilizando como educadores a estudiantes de medicina y de enfermería, los que fueron entrenados previamente, visitando los hogares de cada paciente una vez al mes, coincidiendo con la hora de almuerzo para evaluar la modificación de la dieta.
Cada sesión duró entre 1 y 3 horas, planificándose una educación colaborativa y escalonada que se prolongó por espacio de 2 años. Se inició con una encuesta de conocimiento, evaluándose las necesidades educacionales del paciente, información que luego le fue entregada, insistiéndose en el cumplimiento del tratamiento no farmacológico, propiciando cambios en los estilos de vida de las personas, tanto en cuanto a dieta como actividad física.

Se les enseñó el autocuidado integral de su organismo con el fin de prevenir complicaciones agudas y crónicas, y el automonitoreo de glucosa.

Al cabo de los dos años, se evaluaron los resultados, comparándolos con el grupo de control, observándose, entre otros, una clara disminución del número de hospitalizaciones de los primeros respecto de los segundos, y una mejora sustancial de los indicadores clínicos de laboratorio, como el peso (índice de masa corporal), hemoglobina glicosilada, perfil de grasas y función renal.
Metas Negociadas
Y la educación se hizo escalonada en función de la actitud del paciente, su compromiso y resultados. Las metas y logros deben ser negociados entre el equipo y el paciente, enfatiza la experta, y deben quedar claramente incorporados en el programa para luego contrastarlas en el análisis de los resultados. La relación médico-paciente debe ser la de socios, para que el paciente por fin logre su plena autonomía y alcance una buena vida, tome las riendas de su vida, del manejo de su enfermedad, siendo capaz de resolver sus problemas, sin depender del especialista.

Del punto de vista de los costos, explica la Doctora Morales, este tipo de programas, con resultados abiertamente exitosos, no requiere de una gran infraestructura. Si el Ministerio de Salud quiere invertir en educación, debe integrar a la entrega de insulina y otros medicamentos que éste distribuye, un programa abierto, que incluya la visita a los pacientes en sus domicilios y lugares de trabajo. Eso es considerar al paciente. Es el camino que hay que andar.
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La Educación, una Herramienta Terapéutica
Dra. María Eugenia Brante, Psicóloga de la ADICH
La diabetes puede hacerse fácil, si se aprende más sobre ella.
A cargo de los distintos cursos de Educación en Diabetes que imparte la Adich, María Eugenia Brante, psicóloga de la Universidad de Chile y diplomada en Promoción de Salud, se declara enamorada de su trabajo.
Hija de diabético, está convencida que esta enfermedad es completamente vivible, en la misma medida que la persona que la tiene la toma en serio y respeta todas las instrucciones que se le indican.

La situación de vida del diabético, explica la psicóloga, es compleja y debe contar con un tiempo para incorporar su nueva condición a su vida, a su entorno familiar y sensibilizarse respecto de la importancia de mantener una relación de confi anza con su médico.
Educadores en diabetesLa educación, parte central de la filosofía de la Adich, incorpora este año distintos cursos para el manejo y conducción de una persona diabética. Uno de los más importantes es el Curso de Educadores, que se da por 5ª vez en la Asociación, y que está dirigido a nutricionistas, enfermeras, kinesiólogos, asistentes sociales, psicólogos y otros profesionales de la salud.

Este curso dura 60 horas cronológicas, las que se desarrollan una vez a la semana durante 20, entregándose herramientas muy específicas que les permite tomar decisiones mejores y más rápidas, haciendo posible, entre otros, que los pacientes sean adecuadamente derivados.
Los resultados, hasta ahora, han sido extraodinariamente alentadores, habiéndose impartido a diferentes grupos de profesionales de clínicas privadas (como la Santa Maria y Universidad Católica) y consultorios de toda la región metropolitana, y que hoy se encuentran implementando estos nuevos conocimientos en su quehacer diario.
MonitoresDurante un total de 10 semanas se ofrece, además, un curso para Monitores en Diabetes, el que está dirigido a auxiliares médicos y personas a cargo de grupos de diabéticos como dirigentes de Juntas de Vecinos y otros, los que sin ser técnicos en la materia están a cargo de personas con diabetes en su comunidad.

Todas las voluntarias de la Adich, empleados y ella misma, cuando entró hace 2 años a la Asociación, han hecho los cursos. Un paso básico si quieren ayudar y apoyar en forma adecuada. Como psicóloga, en relación a sus pacientes diabéticos, cuenta con una gran herramienta: la posibilidad de discernir, frente a un “no me siento bien”, si corresponde a un cuadro hipoglicémico o bien está deprimido, aclara.

Cada programa de educación busca enfatizar la importancia de la educación al diabético, explica. Para aprobar el curso de Educadores se debe presentar un proyecto educativo factible de ser puesto en práctica en el lugar donde el alumno trabaja y nos hemos encontrado gratamente, indica, con que el proyecto del curso 2003, desarrollado por profesionales del CESFAN Cristo Vive, ganó el premio Doctor Canessa 2004. Así también la idea de tres enfermeras del curso 2004 –alumnas de la Clínica Santa María–, se puso en práctica durante el mes de febrero pasado, durante los campamentos de verano de la Fundación de Diabetes Juvenil. Enfermeras de la Católica desarrollaron, también, un proyecto de capacitación para sus enfermeras y auxiliares y la clínica les dio toda la infraestructura para realizarlo.

Talleres
Para los socios de la Adich se imparten, además, en forma gratuita distintos talleres orientados a que la persona tome contacto y conciencia profunda de la enfermedad que lo aqueja, la asuma y aprenda a vivir con ella, sin dejar de pasarlo bien en la vida. Los distintos talleres se refieren a los temas de obesidad, aceptación de la enfermedad y pacientes complejos. En septiembre próximo se ofrecerá, además, una jornada de 3 días para profesionales no médicos, orientado a personas que viven fuera de Santiago.
Se trata de cursos intensos, muy completos, que incluye la revisi ón de todas las complicaciones del diabético, tanto psicológicas, médicas como sociales, explica.

Un diabético bien cuidado no tiene problemas, insiste: imagínate, qué problema puede tener una persona en su peso ideal, que realiza actividad física de manera regular y come en forma saludable...

Por eso la educación es el pilar del tratamiento. Todas las complicaciones de la diabetes se pueden prevenir.

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