Diabetes tipo 1
Es una enfermedad autoinmune. Se origina porque el páncreas no es capaz de producir la cantidad suficiente de la hormona insulina. Representa entre el 10 y el 15 por ciento del total de diabetes. Se cree que en su aparición pueden haber diversos factores implicados, los genéticos, ambientales, infecciones.
En la diabetes infantil, los síntomas pueden aparecer de forma rápida. Puede aparecer a cualquier edad, pero la edad más frecuente es entre los 4 y 5 años.
Como éstos niños no producen insulina, el tratamiento será con insulina.
En general los niños con diabetes tipo 1, suele comer igual que toda la familia. Una alimentación variada sana y equilibrada. El niño debe comer carbohidratos, ya que son necesarios, pero en una cantidad adecuada y serán preferentemente carbohidratos complejos, pero esto no implica el niño no pueda comer dulces de vez en cuando, siempre y cuando incremente la insulina en su dosis adecuada.
Diabetes tipo 2
Antiguamente era una enfermedad propia de adultos, pero con el crecimiento del índice de obesidad infantil, asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios, los casos de diabetes infantil han aumentado considerablemente entre los niños y las niñas.
En la diabetes tipo 2, la insulina está incrementada pero hay una resistencia del cuerpo para su adecuada utilización. El niño puede pasar un tiempo asintomático.
La obesidad es el resultado de factores genéticos y de origen conductual, como entornos que ofrezcan a la gente un fácil acceso a demasiada comida (especialmente a alimentos baratos ricos en grasas y azúcares y bajos en nutrientes) y a una actividad física insuficiente.
Además de la obesidad, el niño es más proclive a padecer de diabetes tipo 2 por herencia de los padres o abuelos, y si su madre sufrió de diabetes gestacional durante el embarazo.
La mejor manera de prevenir la diabetes tipo 2 es procurar que el niño mantenga un peso adecuado. Si el niño ya la tiene, la clave está en su detección temprana para que pueda recibir tratamiento a tiempo. Algunos estudios han demostrado que la diabetes tipo 2 se puede prevenir si se ayuda a las personas a que pierdan entre un 7% y un 10% de su peso corporal, a la vez que se aumenta su actividad física a un nivel moderado.
El tratamiento inicial para diabetes tipo 2 en niños consiste en dieta y ejercicios. Sin embargo, si el niño no logra alcanzar un peso saludable, debe empezar a tomar medicamentos para controlar el nivel de glucosa en su sangre.
Recomendaciones para reducir la obesidad y la diabetes tipo 2 en niños.
- Aumentar la actividad física: al menos 60 minutos al día.
- Reducir los comportamientos sedentarios: no más de 2 horas viendo la televisión, jugando con el ordenador o la videoconsola.
- Mejorar la nutrición: frutas y verduras, alimentos altos en fibra, bajos en grasas saturadas; los niños deberían desayunar, los bebés deberían ser amamantados.
- Disminuir la ingesta de azúcares de absorción rápida como el azúcar refinado, rubia o de miel, y sustituirlos por los azúcares que ya existen en las pastas y frutas.
- Mejorar la calidad de los refrescos: reducir las bebidas azucaradas y aumentar el consumo de agua.
- Educación sobre nutrición y estilo de vida.
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